Es uno de los árboles más decorativos, caducifolio con hojas en forma de arce que ofrecen una de las más vistosas tonalidades otoñales de color. Llega a medir una altura de 10-40 metros y una anchura de unos 10 metros.
Posee un porte piramidal o cónico. De forma estrecha y cónica en los primeros años, se ensancha cuando envejece. Su tronco es muy característico, por las profundas hendiduras corchosas de la corteza.
Sus hojas adquieren en otoño los colores amarillo, rojo y burdeo, siempre que reciban abundante sol, siendo más dramáticos los colores cuando los otoños son luminosos y fríos y sin lluvias tempranas que boten las hojas. Un consejo: para que el liquidámbar despliegue su colorido otoñal, es preciso que también baje la temperatura diurna y suelos preferentemente no calizos.
La floración es en primavera sin importancia ornamental, siendo curioso que forme flores femeninas y flores masculinas. Las inflorescencias masculinas se encuentran reunidas en racimos terminales, mientras que las femeninas son gobosas largamente pedunculadas.
Los frutos son capsulares que se abren por 2 valvas y reunidos en grupos globosos. Las semillas son numerosas, comprimidas, con un ala membranosa en un extremo. Los frutos de son de cuatro centímetros de diámetro, esferas espinosas marrones del tamaño de la pelota de golf que culegan después de la caída de las hojas.
Es lento en su crecimiento en los comienzos, bastante rápido a partir del tercer o cuarto año de instalado. Luego se estanca en cuanto alcanza la madurez.
Es buen árbol para plantar dentro de las áreas de césped y también sirve como árbol de calle cuando no es necesario hacer podas para paso de cables que impliquen dañar su arquitectura. Su rápido crecimiento y su gran tolerancia lo convierten en un árbol idóneo para proporcionar sombra y frenar la acción del viento. Tiene las raices delicadas y no conviene plantarlo hasta que éstas estén bien desarrolladas.
Por lo general no tolera bien la sequedad del clima y del suelo, así como los suelos poco profundos y espacios limitados. Por ello no es especie buena para calles, donde los sistemas radiculares suelen poseer poco espacio para desarrollarse, ni pequeños jardines.
Necesita de humedad en el suelo, prosperando muy bien en lugares donde el agua se encuentra a poca profundidad. el terreno ha de ser ácido, en los que dará mejores coloraciones otoñales.
No necesita poda regular. Si se poda puede perder su hermosa forma piramidal con ramas creciendo desde la base del tronco. La madera muerta se puede retirar a principios de otoño y el resto durante la temporada de reposo vegetativo. En zonas frías no conviene aplicar podas severas.
Se puede multiplicar por semillas en otoño, por esquejes en el verano o por acodo en primavera. Si se multiplica por semillas, las cuáles deben recogerse en cuanto maduran los frutos, ya que son dehiscentes y abren enseguida. La semilla tiene letargo interno, por lo que es conveniente someterla a algún tratamiento antes de la siembra.